viernes, 28 de abril de 2017

Mascarillas caseras

Antes de comenzaros a presentar algunas de las mejores recetas para nuestro rostro y cuello, es preciso que os diga que dedicarnos un tiempo determinado del día es tan necesario como dedicárselo al ocio, porque nos va a proporcionar un alto nivel de satisfacción. Con ello quiero deciros, que este tiempo es imprescindible para alimentar, en esta ocasión, a una parte de nuestro cuerpo.
 Antes de aplicar una mascarilla hay que lavarse bien el rostro y la zona del cuello, para eliminar polvo, restos de maquillaje o sudor, en su caso. Hay que preparar la cantidad que vamos a gastar, y si sobra guardarla para otro día en un recipiente de barro y en el frigorífico. También, deciros que las mascarillas no son para aplicarlas diariamente, ya que hay que dejar respirar la piel, eso sí aplicándole en su defecto las cremas que habitualmente usemos.
Mascarillas hidratantes.
1.- Utiliza un plátano o banana maduro, haz una pasta con él y aplícala sobre cara y cuello. Espera durante 15 minutos y retírala con agua fría para activar la circulación sanguínea.
2.- Ideal para cuando se toma el sol. Pela un pepino y conviértelo en una fina pasta, guarda 2 rodajitas para los ojos. Extiende la pasta uniformemente sobre el rostro y descansa relajándote durante 15 minutos con los ojos tapados por las dos rodajas que antes guardaste. Retira la pasta con abundante agua fría.
Mascarillas exfoliantes:
Este tipo de mascarilla es para usarlo un par de veces al mes y,  si es antes de tomar el sol conviene hacerlo una vez a la semana, pero con la prudencia de dejar una semana por medio utilizando la mascarilla hidratante al menos dos veces.
1.- Miel y almendras: Esta mascarilla es el más exquisito exfoliante casero. Se trituran las almendras (dos o tres) hasta que quede un polvo fino y se mezcla con una cucharadita de miel y otra de limón. Aplicar dando suaves masajes circulares y dejar secar 15 minutos, Retírala con agua tibia….ya me dirás.

2.- Igual que la anterior pero en este caso licuando media taza de avena y añadiéndole además dos gotas de aceite de manzanilla a la cucharadita de miel, y si eres de piel grasa, otra de limón. Tu piel quedará tan suave como la de un bebé.

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