El próximo día 20 iremos a votar como gesto democrático, sabiendo que lo que con ello expresamos un deseo personal, y me explico. Cada uno de nosotros esperamos que nuestro voto llegue al puerto que queremos pero que , desafortunadamente, a veces no coincide con el resultado final. Feliz de aquél que obtenga esa coincidencia, pero en democracia este es el riesgo. De todas maneras, lo que sí me parece cierto es que todos buscamos conseguir con nuestro grano de arena, una mejoría generalizada en nuestra vida y la colectiva.Pero esa meta está sujeta a tantos intereses externos, algunos tan ocultos e inalcanzables, que en cierta medida frustrarán nuestra espectativas, ya que además de esos intereses está la gestión de quienes hayan alcanzado esta responsabilidad que es la de llevar adelante un país. A pesar de ello, hay cosas muy claras, y ya la Constitución de 1812 lo dijo con una frase que más o menos venía a decir que la obligación de los dirigentes era conseguir la felicidad y el bienestar de la ciudadanía. Hasta ahora esta sentencia es una utopía, bién es cierto que nunca llueve a gusto de todos, pero tambien es verdad, que acometer la solución de lo básico: el trabajo, la vivienda, la salud, el bienestar, el respeto, la paz, la igualdad la no violencia venga de donde venga, son las cosas a las que toda la gestión debería aplicarse. Abordad una por una todas estas cuestiones y no parar hasta conseguir solucionarlas es lo que esperamos cuando echamos la papeleta en la urna. Al menos este es mi parecer y este es mi deseo.
Besitos