Voy a dedicar unos días a
hablaros e incluso a daros consejos sobre euntema, que llegadas estas fechas,
parece que se nos presenta como un terrible y repentino monstruo a eliminar, a
ser posible, de la manera más rápida: LA FLACIDEZ.
Como sabemos la flacidez, que no
sólo aparece en edades maduras, sino que también la podemos encontrar a edades
tempranas, es consecuencia de la disminución o debilidad de los tejidos de
sostén, como son el colágeno, la elastina y los músculos.
Estos tres elementos se alimentan
principalmente de proteínas, que ayudan
a mantener pegados la piel a nuestros músculos.
La flacidez se nos presenta no
solo a nivel corporal sino sobre todos, y esta es la zona más dolorosa, en el
tejido facial, rostro, cuello y escote. Tanto en una como en otra parte, la
flacidez es consecuencia de una ruptura de las fibras de colágeno, así como una
menor producción del mismo. En este último punto la edad, el ir cumpliendo años
es nuestro peor aliado. A todo ello se une que la tensión muscular también va
disminuyendo por esa misma razón, o a consecuencia de un trauma que los
debilite (accidente brusco, enfermedad que nos hace permanecer en cama meses…)
Las causas de esta flacidez además
de las propiamente genéticas , el paso del tiempo y los problemas añadidos, ya
comentados, viene a ser complementada con algunas prácticas como pueden ser el
adelgazamiento repentino, a causa de una enfermedad inesperada, dietas exprés o
una eliminación quirúrgica de grasa (liposucción).
Para poder combatir la flacidez
facial y la corporal, hablaremos de métodos estéticos y productos cosméticos,
alimentación, ejercicio e incluso “recetas de la abuela”, siempre con productos
naturales y a nuestro alcance.
Y sobre todo debemos pensar desde
ya en descartar EL SEDENTARISMO, y cambiarlo por el EJERCICIO, que no tiene que
ser resuelto por un coach privado o un gimnasio, sino que puede ser realizado a
base de caminatas, bicicleta o ejercicios en casa.
Seguimos mañana
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