España
es un país de difícil definición política, la educación en términos generales,
no ha ayudado a hacer de sus hombres y mujeres personas con criterio político,
además la religión también ha contribuido negativamente a la labor, eliminando
a las mujeres al considerarlas seres débiles de raciocinio, buenas como
paridoras y reposo del guerrero, pero poco más. Asimismo, nuestra historia como
país democrático es relativamente reciente, hemos vividos durante siglos bajo
el yugo del absolutismo monárquico, el caciquismo opresor, y la religión
castradora. Apenas han pasado unos años que nos deshicimos de una dictadura y
de una guerra civil, en la que pocos de los que participaron estaban
convencidos de los ideales políticos por los que murieron, ya que el pueblo
estaba diezmado, la mayoría lo que ansiaba era poder comer y sentirse libres
frente a tanta opresión.
Las
dos Repúblicas, a pesar de tener a grandes políticos, poco pudieron hacer en un
país medio muerto de hambre, casi analfabeto y con grandes miedos. No es que el
sistema republicano “fracasara”, es que no tuvo oportunidad de demostrar nada,
ya se encargaron de que los “monstruos” camparan entre la gente imponiendo
trabas, miedos y catástrofes.
Actualmente
vivimos en un régimen de Monarquía parlamentaria que nos ha hecho ir
aprendiendo algo de política, nos ha enseñado a tener criterio, valorar y
decidir….. por eso, y a pesar de que considero que una gran parte del país
abogaría por una república, también
estoy segura que somos un país agradecido ante la persona que encarnó el paso
más trascendental que España ha dado en el siglo XX, como ha sido la
democracia, pero también sé que sabremos esperar y daremos la oportunidad al
próximo Rey como para que recupere la confianza, que tiene casi perdida. En él
estará la responsabilidad de que sigamos teniendo una Monarquía Parlamentaria o
decidamos cambiar la Constitución y procurar un referéndum a través del que
decidiremos qué país queremos.