Seguro que estamos de acuerdo en que este es el mes de los propósitos buenos, de las promesas de hacer o dejar de hacer cosas. Es un mes en el nos escribimos nuestra carta de Reyes Magos, y que cómo la que en enero también escribimos, es respondida pero no totalmente. Carta, en la que en parte repetimos los propósitos de años anteriores porque no se han visto realizados. Pero, así son las cosas, tampoco hay que darle más importancia de la que tienen, más cuando algunos de ellos sí son llevados a la práctica y están muy bien, y los que no se cumplan, pues se volverán a repetir.
Yo, si me permitís, pongo en práctica algunos que os quiero compartir. Por ejemplo, me gusta quitarme ese color negruzco-verdoso con el que la piel se nos queda después de haber disfrutado del sol. Tanto en la cara como en el cuerpo, hemos acumulado tenemos gran cantidad de células muertas, que como es lógico se van descomponiendo y dando un aspecto feo, ya que el brillo y la apariencia de "sano" desaparece. Por esto, uno de mis primeros propósitos es deshacerme de este aspecto, y para ello realizo una de mis primeras visitas a un centro dermatológico, donde realizar un peeling que me renueve mis células del rostro, para a partir de ello prepararlo para los meses que vienen.
El peeeling corporal lo realizo en casa, ya que en el mercado hay muchos geles buenos con los que siendo constantes, y utilizando una esponja apropiada, puedes eliminar todas esas células muertas, abriendo al mismo tiempo los poros para que comenzar a hidratar nuestra piel.
Con estas actuaciones, y aunque desaparezca ese tono tostado y nos veamos otra vez blancuzcas, habremos saneado nuestro cuerpo y rostro. Eso sí, una vez que hayamos empezado el tratamiento de despigmentación, no debemos volver a exponernos al sol ya que ésto sería muy dañino.
En el próximo post os hablaré de la siguiente visita.
Besitos