jueves, 24 de abril de 2014

La fría estadística

Hace unos dias,  mi hija me comento una  noticia desgraciada que le habia sucedido a un conocido suyo, me dijo, refiriéndose a la persona en cuestión, que su opinión era que "le habia tocado según la estadística". Generalmente,  la estadística suele ser acertada ya que se basa en hechos reales y constatables que son estudiados minuciosamente. Sin embargo esa categórica afirmación me hizo reflexionar sobre aquellas personas "a las que le toca". Y esa reflexión me llevó a las personas concretas, tocadas por la barita de la estadística, personas tan diferentes a las que las sólo les une una determinada ecuación.
Pienso que esas personas, aunque marcadas por el mismo estigma son  tan diferentes que sus reacciones pueden resultar imprevistas, e incluso tan difíciles de constatar que no se correspondan con lo que "normalmente" debería ser. 
Lamentablemente esta individualidad, creo que no se entiende por los especialistas como debería, ya que, si lo vemos desde una perspectiva científica, todas esas personas deberían reaccionar y comportarse de forma parecida si no igual, y eso no es así, nada más lejos de la realidad. 
Con ello no quiero decir que tengamos que tener hacia ellas una actitud de compasión o lástima, no, no es así como los médicos y las personas de su derredor tienen que comportarse. A mi parecer lo que merecen las personas afectadas por esas estadísticas, es ser tenidos en cuenta de una manera especial, ya que como he dicho cada uno va a reaccionar de forma diferente, y eso, a mi parecer, no lo ven ni los médicos ni los psicólogos que las tratan. Es más, opino que desafortunadamente los especialistas tratan a esas personas de acuerdo a unos frios parámetros, que serán todo lo científico que se quiera, pero que no llegan ni se acercan a individualizar el sentir auténtico de cada una de esas personas. Por supuesto que no estoy refiriéndome al tratamiento clínico, sino que lo que quiero compartir es mi preocupación ante la relación médico-paciente en cuanto a que el especialista entienda en toda su amplitud lo que siente su paciente. Realmente lo que temo es que el especialista haya perdido sensibilidad humana. Por todo ello, creo que la estadística aunque pueda ser un referente, nunca debe marcar la forma en la que un especialista sanitario, debe tratar a la persona, y sobre todo si ésta forma parte de una estadística.

martes, 22 de abril de 2014

Espejito, espejito mágico....

A muchas personas mirarse al espejo en estas fechas vestidos por la propia piel, les causa cierto desencanto e incluso les llega a atormentar.... y nada más lejos de la realidad. Cada uno somos como somos y valemos lo que nuestro poso pesa, no lo que indica una báscula. A pesar de lo dicho, es lógico que no nos gustemos demasiado a priori, ha pasado un año más, la falta de ejercicio, las comidas de invierno y algún que otro exceso o placer culinario, desgraciadamente se nos dispone en lugares de nuestro cuerpo que no nos gustan. Pero, no pasa nada, no se acaba el mundo ni tenemos que usar a partir de ahora un burka para escondernos. Simplemente hay que marcar un plan. Este plan de acción, en el que incluímos como fundamental la comida, o lo que es lo mismo la reducción de ciertos caprichos, solamente significa comer sano.
Acudir a dietas milagrosas es un error y puede poner en riesgo la salud.... y esto sí que es serio, por ello salvo que acudamos a un especialista, lo que hay que hacer es programar nuestra alimentación con una mente sana, elegir productos que nos aporten lo que nuestro organismo necesita: proteina, pasta, legumbre, verdura, vegetales y sobre todo beber mucha agua, entre otras cosas. Pero igual de importante es cambiar el hábito de vida que tengamos, y, acompañados por el buen tiempo y las tardes más largas, salir a pasear( una hora a buen ritmo), correr, hacer ejercicio aeróbico, coger la bicicleta, cualquiera de estas actividades nos hara quemar calorias y sobre todos nos ayudarán a que nuestro corazón, huesos, articulaciones e incluso el cerebro se liberen de todo lo tóxico que podamos tener almacenado.
No hay ni que agobiarse ni ponerse nervioso. No por mucho pegarte palizas en gyms o correr hasta el agotamiento nos va ha hacer perder peso más de prisa. Hay que tomárselo en serio y planificar la acción dentro de nuestras posibilidades. Ánimo que lo conseguiremos.

domingo, 20 de abril de 2014

Qué nos ponemos

En estos días de primavera la verdad es que resulta difícil elegir ropa, y mucho más lo es acertar de pleno la ropa con el tiempo que nos va a acompañar. Es una quiniela escoger que ponernos, ya que lo mismo tenemos frío al comenzar el día, como a medio día nos puede hacer calor o, por el contrario, nos podemos poner como una sopa ante un inesperado chaparrón. 
Parecerá poco original, pero para mí esta época es el momento ideal de los vaqueros, prenda que además es la estrella de esta primavera-verano. Como os comento, este año los hay para todos los gustos: pitillos, clásicos, anchos, con rotos...., y de colores podemos decir que se llevan tanto los claros como los obscuros.
El vaquero tiene además la propiedad de poderse combinar con multitud de camisetas y camisas, que a su vez son combinables con rebecas, jerseis anchotes o chaquetas, y éstas pueden ser desde las de corte clásico a las de tipo casual, vintage o blazer, y de colores no digamos....todos, siendo el estrella el llamado rosa "orquidea".
Combinar y elegir un accesorio es la nota que hará que nuestro conjunto tenga ese matiz personalizado, al igual que dependiendo del tipo de accesorios que llevemos (bisuteria, bolso, pañuelo o foullard), nuestro equipo nos servirá tanto para ir a trabajar, como para acudir por la tarde a algún tipo de acto, ya que este año el vaquero ha pasado a tener un look que lo eleva a la categoría de prenda de tarde-noche.
Y bueno, el tema de la lluvia imprevista no resulta demasiado difícil, ya que un paraguas de bolso o el típico gorrito con alas cortas, nos pueden aliviar de coger un resfriado, que por otro lado, entre alergias y cambios de temperaturas y vientos, resulta de lo más habitual.