Hoy, y no es porque sea viernes 13, me encuentro desanimada, engañada y bastante harta. De entre todas las cosas a las que podría aplicar tales califificativos, la que se lleva la palma es mi valoración de los póliticos. Sé que esta aseveración es repetitiva, cansina y no añade nada nuevo al sentir general de la mayoría de la ciudadanía. Sin embargo, hoy me sale de muy adentro...no creo en ellos y temo de ellos.
Su actitud ante estos meses de desgobierno nos han abierto los ojos de cuanto importa este país y su gente a estas personas...NADA; pero en esta última semana, empleando un simil taurino, aunque soy antitaurina, nos han dado la puntilla. Y me explico, si el país está como está: endeudado hasta las trancas y con un futuro negro, con una miseria que se palpa en sus carreteras, monumentos, recortes en sanidad cada vez más peligrosos para muchas enfermedades, en el cuidado de enfermos crónicos, dependientes, enfermedades "raras", deficientes etc. Con docentes cada vez más apáticos por la falta de formación, recursos, motivación, aulas a tope, escolares, bachilleres y universitarios hacinados, desprotegidos ante nuevas taras como el acoso o el fracaso escolar, y por supuesto desilusionados. Con personas que mal viven y no ven un mañana alentador, etc y etc.,y mientras tanto ellos (los políticos) han estado debatiendo cómo gastar menos en sus egos, en sus mítines, en llevar a cabo otra campaña absurda, que poco va a variar en los resultados....y encima ni en eso se ponen de acuerdo. Cómo voy a sentirme!!!
A veces pienso, que esa nueva política de la que tanto hablan, debería empezar por bajar el número de políticos que tenemos, bajarlo hasta nada más que dejar los imprescindibles, sin miramientos. Estoy segura que esos recortes los vería bien toda la ciudadanía. Voto porque sea así