No soy de las que piensan que
cuando tus nietos vienen a casa, ésta debe convertirse en “República
Independiente”, aunque si me gusta darle un cierto aire de permisibilidad
consentida. Esta permisibilidad no es arbitraria, ya que está “controlada”.
Pero es que creo muy importante que los peques se encuentren cómodos, sin
miedos a tocar lo que no deben y sobre todo sin nadie calentándoles el cogote,
o con paños sobre los muebles…etc.. Me gusta que se manejen libres, creativos y
sobre todo como se sientan como si ésta fuera también su casa. Enseñarles lo que pueden coger no es
tarea fácil ni cómoda, pero tampoco es imposible. Hay que tener constancia y
paciencia, porque lo cierto es que ellos desde el minuto cero lo entienden….,
lo que ocurre es que les gusta provocarte hasta ver quién gana el pulso, pero
nada más.
La casa, para mí debe reunir las
cosas que les gusta y con las que se entretienen, que no pasa por convertir una
habitación en un cúmulo de juguetes. Los peques, al igual que el resto de las
personas, no necesitamos tanto para pasarlo bien y ser creativo.
Entre mis objetos de culto a su
disposición están los cuentos, los lápices de colores, la plasti y sobre todo
objetos con sonido y de construcción…. Aunque hay veces que unas simples pinzas
de tender pueden convertirse en el mejor de los juguetes….jejejeje.
Hay que proporcionarles esos
objetos que son propios de su edad, y para ello no hay nada mejor que saber con
qué juegan en la Escuela Infantil. Tanto a nivel locomotor como manual, la
Escuela es la que le abre al mundo todas sus posibilidades de creación y
comprensión. Y sobre todo hay que huir de adelantarnos a los pasos que ella va
marcando, ya que en vez de estimularlos puede estropear el proceso en su auto
suficiencia y conocimiento que la escuela tiene programada.
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