Como os prometí según llegara el
fresquito, iniciaría la andadura de esta nueva experiencia. Y así es, ha
llegado el momento. El verano me gusta, pero la verdad es que ya entrado el mes
de septiembre, prefiero que en su segunda quincena comience a darnos días de
temperaturas más fresquitas. Este año desde luego no me ha dado el gusto.
Pero ya parece que vamos a poder
ducharnos y vestirnos sin agobio de calor. Esto no quiere decir que me
considere una novelera y que lo que realmente me gusta es cambiar de
armario….no, la ropa de verano puede combinarse perfectamente con mucha de
nuestra ropa de entretiempo.
Para este tiempo en el que empezamos a perder
ese aspecto saludable que nos ha dado el tono tostado, y vamos cambiando a un
“marrón” triste, que a veces nos pone
cara de “ajo frito”, con brazos y
piernas “despintadas”, hay que adoptar una solución que los minimice como seria
no pasar de golpe a colores y diseños pre invernales. Tenemos que darle cierta
alegría a nuestro tono de piel otoñal, por ello combino colores fuertes y sobre
todo alegres con otros más neutros.
Lo principal para este tiempo y
para todos en general es saber qué colores y diseños nos gustan y favorecen.
Olvidarnos del color y diseño it y ponernos los que nos van. Cada una de
nosotras sabemos que prenda nos siente mejor , por ello, y aunque más de una
vez hagamos un guiño a lo de temporada, lo que nos hace vernos bien es
sentirnos cómodas y a gusto
Una ventaja de este periodo de
tiempo es que podemos ir vestidas de tarde al igual que lo hacemos para ir al
trabajo, o para quienes tengan la suerte de no trabajar, para pasear, ir de
compras, atender a nuestros nietos o cualquier otra actividad.
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