Aprieta el calor e ir a la playa
es un consuelo que no solo debemos aprovechar para refrescarnos, sino también
para coger color SANO, con toda la precaución que se recomienda
La mejor forma de protegernos es
utilizar la protección- valga la redundancia- adecuada y controlar las primeras
exposiciones al sol. El rostro, como sabemos, no tiene la misma piel que el
resto del cuerpo por lo que nunca debemos utilizar una misma protección para
ambas partes. En estos primeros días, en los que me encuentro hasta mala cara,
suelo ponerme una protección con algo de color, muy tenue, hasta que voy
tomando mejor aspecto. Es conveniente que sea una protección de más de 30, y
que nos la pongamos antes de salir, una media hora. La protección debe
reforzarse cada cierto tiempo y circunstancia. Es decir, si usamos una de 30,
cada hora y media o tras un baño hay que ponérsela de nuevo. Para el cuerpo lo
normal es ponernos la específica de cuerpo, con una protección en los primeros
días y hasta que no empecemos a tener un aspecto morenito, de 30. Después
podemos rebajarla a 20 e incluso a 15, depende de nuestra piel, pero siempre
hay que llevarla puesta y reforzarla cada hora y media.
En cuanto al tiempo de
exposición, no debería ir más allá de media hora para la primera semana, y
progresivamente aumentaremos el tiempo. Nunca ir a pasar todo el día si es la
primera vez que pisamos la playa, y si lo hacemos, tras el tiempo de
exposición, hay que guarecerse bajo la sombrilla y ponernos un sombrerito.
Por último, la marca debe ser de
garantía, hay que leer prospecto e instrucciones. Yo recomiendo la gama facial
ENDOCARE, mientras que para el cuerpo puede ir cualquier otra menos la de un
“chino”.
Mi próximo post ira sobre bikini
versus bañador. Besos
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